
Casa Amàlia era un punto de encuentro para comer como manda la tradición a unos pasos del mercado de la Concepció. De esos restaurantes que parecían inmortales, innatos a la Dreta del Eixample, hasta que hace tres años a falta de relevo generacional estuvo a punto de extinguirse. Por fortuna, Jordi Castán y Sergi Suaña lo hicieron suyo, con las dosis justas de pasado y futuro…